Guapa.
Para comenzar, pondré en contexto un poco mi historia con Sailor Moon, ya que es diferente a como muchas otras personas de mi quinta lo han vivido. Normalmente forma parte de la infancia de todo el mundo, pero para mí está un poco difuso. En mi niñez, cuando Sailor Moon se estrenó por la tele yo no llegué a ver mucho más de la primera temporada. No sabía bien cuándo la daban y no me enteraba de esas cosas. Recuerdo sin embargo que mi madre me regaló una muñeca de Usagi porque yo veía la serie y me gustaba mucho. Pero como que la cosa no fue a más de eso. De toda la vida mis animes de la infancia han sido otros, pero he tenido siempre un poco de espinita dentro por no haber acabado de ver Sailor Moon.
Esta saga tiene un montón de características que por siempre han llamado mi atención. Chicas preciosas y poderosas, feminismo, diversidad de género y sexualidad, poderes mágicos, astronomía y gatos. ¿Podría ser más ideal? Porque yo creo que no. Aparte de lo aesthetics que es todo, los trajes las transformaciones y un largo etcétera.
Este verano pasado 2018, di por fin un remedio a esto porque no podía ser que yo no hubiera visto Sailor Moon. Marta me recomendó la versión de 2014 del anime ya que era más corta, es decir, está basada fielmente en el manga y por lo tanto no tiene relleno. Me la vi en poco tiempo y como todavía faltan dos películas para completar la saga, yo no pude esperar a que las hagan para ver cómo acababa. Aparte, que me había llegado ya tan al fondo que no podía no tener los mangas en mi colección. Poro a poco los fui comprando y leyendo y bueno bueno bueno bueno. A los favoritos para siempre ya. ¿Por qué he tardado tanto en tener esto en mi vida? Pues no sé pero mira mejor tarde que nunca.